El origen de Internet.
La historia de Internet es muy fascinante y compleja a la vez. Comenzó como un proyecto muy cerrado de tipo militar y terminó como proyecto abierto para toda la comunidad mundial, tal y como lo conocemos ahora.

Uno de los primeros acontecimientos de esta guerra fría fue el lanzamiento del primer satélite artificial ruso, el 4 de octubre de 1957. Este pequeño satélite, Sputnik I, de 58 cm de diámetro y que pesaba alrededor de 83 kilogramos, fue el primer satélite construido por el hombre y enviado al espacio con éxito. Después de un mes, los soviéticos, lanzan el Sputnik II, el cual incluía un pasajero, una perrita llamada Laika. El lanzamiento del Sputnik I y II tomó por sorpresa a todo el mundo, pero los más sorprendidos fueron los estadounidenses. La era espacial había comenzado, y sus principales rivales, los rusos, parecían ser tecnológicamente superiores.
La reacción de los EUA tardó sólo unos cuantos meses, cuando deciden crear una agencia encargada de desarrollar tecnología militar y espacial. El presidente estadounidense en turno, Dwight D. Eisenhower y el Secretario de Defensa, Neil H. McElroy, crearon el 7 de febrero de 1958 la agencia ARPA (Advanced Research Projects Agency) dentro del Departamento de Defensa (DoD) para desarrollar proyectos de investigación y desarrollo aplicables a la milicia.
Por meses la ARPA dedicó sus esfuerzos a la industria espacial y otros proyectos, no es hasta que en octubre de 1958 se crea la NASA (National Aeronautics Space Administration), heredando todos los proyectos espaciales de ARPA y de la NSF (National Science Foundation). Después de apoyar a EUA a desarrollar su primer satélite, los científicos de ARPA centraron su atención a las comunicaciones y redes de computadoras. Recordemos que en ese tiempo el DoD utilizaba las redes telefónicas para su comunicación interna, las cuales eran bastante vulnerables. El objetivo de la nueva red de comunicaciones era encontrar una manera eficiente para vincular las universidades, los contratistas de defensa y centros de mando militar para fomentar la investigación y la interacción, pero también era construir una red robusta de comunicaciones que resistiera un ataque nuclear.
Desde finales de los 1970s diversas instituciones de investigación no-militares empezaron a desarrollar tecnologías entorno a las redes de comunicación. La mayoría de estas redes de computadoras estaban operando de manera descentralizada en Universidades al servicio de comunidad académica. Dentro de las redes de computadoras más destacadas se encuentran: BITNET (Because It´s Time Network), CSNET (Computer Science Network), UUCP (Unix to Unix Copy).
La comunicación entre las diversas redes era difícil o imposible debido a que utilizaban diferente hardware y protocolos de comunicación. Para resolver este problema de comunicación la DARPA (Defense Advanced Research Projects Agency) —la cual cambio de nombre el 23 de marzo de 1972— empezó a trabajar y lanzó el proyecto de comunicación inter-redes (Internet) en 1973. La meta era desarrollar un lenguaje de comunicación uniforme para que las diversas redes se pudieran comunicar entre sí y formar una megared.
La conglomeración de redes del gobierno, investigación y académicas, combinadas con la red núcleo de ARPANET fue el principio de lo que ahora llamamos Internet. Sin embargo, ARPANET tenía unas cláusulas en su Política de Uso Aceptable (Acceptable Usage Policy, en inglés), las cuales prohibía el uso comercial de la red.
En 1990, después de veinte años de batalla de científicos por crear una red de comunicaciones, la red ARPANET cierra sus actividades. El cese de actividades fue otro momento en la historia para ARPANET, la cual ya venía arrastrando problemas de congestión de enlaces y otros problemas de tráfico. Todos los nodos y equipos conectados a ARPANET ahora emigrarían a otra nueva dorsal más rápida operada por la NSF, la NSFNET.
Al día de hoy existen más de 1.9 mil millones de usuarios de Internet, que representan el 28% de la población mundial, y la cifra de internautas seguirá creciendo.

Si el lanzamiento del Sputnik no hubiese alertado a los EUA, tal vez otra historia hubieramos contado.
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